Fuimos a San Miguel de Allende para el fin de semana, la cual está una hora y media de la ciudad de Guanajuato. Es una ciudad bella y tiene muchos atractivos turísticos, y además tiene muchos extranjeros y jubilados de los Estados Unidos. La ciudad me parece como Antigua, Guatemala, un destino para los turistas para divertirse y casarse. Cuando llegamos, la dama del hotel
La Casa de la Noche nos preguntó si estuviéramos en San Miguel para asistir a una boda.
Las fotos debajo son del centro histórico de San Miguel, la primera de la plaza de la conspiración y la segunda de la catedral. La tercera foto es de nuestra primera mañana, una muestra como se ve las calles llenas de flores.
Fuimos al restaurante
Un Buen Día para desayunar, que nos impresionó el pan. Mientras comimos Raquel se dio cuenta de dos anuncios absurdos en el guía turístico de San Miguel. Primero había una lista de clases de yoga ofrecidas en la ciudad, algo como una decena. Basta decir que era evidencia significante que viven muchos liberales de los Estados Unidos en la ciudad y aparentemente les gusta el yoga. Pero lo más ridículo era un anuncio para una celebración del cuarto de julio para celebrar la independencia de los Estados Unidos. En esta celebración se presentará Uncle Sam y costará 200 peso ($14), que significa que es exclusivo. Parece que los estadounidenses suelen andar entre sí mismos.
Caminamos al sur de la ciudad por más de 1 km. para visitar unos edificios grandes que contiene galerías de arte, lo que se llama
La Fábrica. Este lugar tiene además un cafe, tiendas y un librería. Por lo general demuestra claramente que San Miguel es un centro del arte en el país. Lo irónico es que era una fábrica de textiles en el pasado, hace unas décadas, y ahora es muy moderna y para las que tiene lana.
En la tarde aprendimos de
Ignacio Allende en
un museo que era su casa, lo que está en frente de la plaza de la conspiración. Queríamos haber andado por bicicleta porque podríamos haber rentado bicicletas de esta tienda que se llama
Bici-Burro.
El día siguiente caminamos cuesta arriba para llegar al
Charco del Ingenio. Es una reserva natural donde hay muchos cactus, nopales, y otras plantas adaptados a la tierra semiárida. Hay también una presa grande que crea el charco en medio de la reserva. Para subir a la reserva, es necesario pasar por un barrio bien alto con casas grandotes y lujosas.
Antes de salir de San Miguel y regresar a Guanajuato, comimos en
este restaurante La Vía Orgánica, una cooperativa sin fines de lucro que promueve la buena alimentación, la agricultura orgánica, el comercio justo y una vida sustentable. También es un restaurante y tienda. Nos gustó mucho la comida y especialmente a mí me gustó mucho su cerveza pale ale orgánica que está hecha en casa. Tal vez nuestros gustos en este sentido nos hace un liberal con lana mencionado antes. De todos modos gozamos de la comida y el ambiente del restaurante, y lo que se trata de la vida nacional, averiguamos de la derrota que sufrió Mexico en la copa mundial durante este almuerzo, lo que es comentario para mañana.