Tengo comentarios sobre los deportes y, por lo general, el partido Mexico vs. Holanda que tuvo lugar el Domingo pasado. No miré el partido, porque mi esposa y yo estábamos caminando por las calles de San Miguel de Allende donde casi todas las personas en la ciudad lo miraban. Pero nos dimos cuenta de que muchas personas en México piensan que el futbolista holandesa Robben se había tirado un clavado al fin del partido, lo que resultó en un tiro penal y un triunfo de Holanda.
No tengo confianza en lo que dicen los fanáticos de un equipo deportivo sobre lo que pasa en un partido y aquí tenemos un ejemplo como los fanáticos no pueden ser objetivos. Lo aprendí observando los fanáticos de los Green Bay Packers en los Estado Unidos cuando vivía en Wisconsin, y en este caso, creo que no tienen razón los fanático de Mexico aquí cuando dicen que México no cometió una falta. Este análisis de Francis Maxwell y el video lo demuestra claramente.
Más importante, la indignación general en México sobre esta supuestamente injusticia no es nada en comparación con la explotación empresarial de Mexico y los cambios a la leyes en cuanto a la eléctrica y petróleo que hacen ahora las empresas. Dice Julio Hernández López del periódico La Jornada:
Fue muy significativo el fulgor relampagueante de la ira popular frente al presunto robo de algo que se asume como si fuera de interés nacional (cuando en realidad es del interés específico, sobre todo en términos económicos, de la Federación Mexicana de Televisión, de su ente dominante, Televisa, y de otros padrinos concurrentes, lo mismo grupos futbolísticos que marcas patrocinadoras y similares). Sí se puede. Es decir, sí es posible enojarse y protestar frente a un robo, a un despojo, a triquiñuelas infames.Yo cambié de mente en cuanto a los deportes. Sólo sirve para dividir la gente y distraernos la atención de lo que es verdaderamente importante.
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